Tengo algo que decir
Este texto es de 2006. Yo estaba en cuarto medio. Es un esbozo de un paradigma de pensamiento que creo que al cabo de mucho tiempo vale la pena revisar y mirar con la debida distancia. Discutir, dialogar, cambiar. Hay cosas válidas, y otras no tanto. Pero vale la pena compartirlo.
En algún momento de la temporada, en el cual no estaba solo, pero no veía a nadie alrededor… quien sabe por qué; decidí huir.
Me fui sin avisar a nadie, quería estar solo. Lejos del centro de ejecución de mis acciones fáticas. El cielo estaba despejado, gente alegre corría sin sus vestimentas superiores, pintados y embarrados a causa del mechoneo. Y yo caminaba simplemente con mi mochila y mi uniforme de un ex ideal Alicantino. ¿Dónde? En las calles de Viña del Mar. Buscando la paz y una solución a un conjunto de algoritmos negativos que querían hacerme un cortocircuito en mi unidad de procesamiento.
En mi vida había ocurrido un peak de acciones que me llevaron a un colapso interno, pero satisfactorio. Había pasado una temporada de sensaciones extremas. De muchas satisfacciones con un alto precio. Pero estaba. Al fin y al cabo. Y en algún puto momento… creí perder el rumbo. Como si antes fuese capaz de llevar mil riendas en mis manos, y ahora tenía una sola.
Escuchaba música de mi MP3 y miraba el mar, tranquilo. Extrañado de no ver a ningún potencial pingüino revolucionario pacifista como se caracterizaron los de la Quinta Región. Creí que en algún momento sería expulsado de la playa por andar de escolar un día de clases. Pero que absurdo. Yo estudio en Maipú. ¿Qué ando haciendo en Viña?
Pensando, meditando, reflexionando. Dándome cuenta que tal como el espacio tiempo, la vida es un plano que puede tener sus buenas curvas. No hacia los lados… sino hacia arriba y abajo. Los agujeros negros en este espacio vital también existen.
Había dos salidas. Dejarme absorber, o renunciar a todo y desviarme del camino para hincar una nueva ruta. Como toda construcción de un camino, eso implica costos, finiquitos, acabar contratos viejos, iniciar nuevos pactos. Asumir toda esa carga. Una nueva responsabilidad conmigo mismo, quien soy el que licita. Paradójicamente el licitante, constructor y garante de la obra.
Y el mar me decía con su sonido incesante que siguiera adelante. ¿Por qué viniste? ¿Qué es lo que hace ahogarte en un vaso de agua? Ok, señor… debo reconocer que tengo miedo a lo que viene. Es natural, ¿cierto? Si al fin y al cabo soy una persona que siente y también teme. Perfecto, eres una persona que temes. ¿Pero por qué ahora, justo ahora, optas por prevalecer ese miedo, antes que tu poder?
La verdad, es que tenemos un pesimismo integrado del carajo, que no se si viene en los genes, o te lo contagia una sociedad relativista. Y todo a causa de algo tan lógico pero que para Hobbes no lo era tanto pues fue parte de su estudio de que aquí, sobre la tierra, estamos en guerra todos contra todos.
La competitividad. Reafirmé que no era correcto no hacerse valer por nada. Me explico. Los humanos, quizás influenciados por la doctrina católica o por otros motivos, tienden a ningunearse unos a otros. Y aunque todos “busquemos la gloria” no falta el momento donde se les sale de la boca la gran falacia: No somos nada.
¡Misericordia de que, carajo! Estamos con el mundo a nuestros pies, y una especie como nosotros es capaz de cambiar todo el sistema mundial. Eso queda evidenciado en la destrucción sistemática de los ecosistemas. Lamentablemente la inteligencia mal utilizada, por una acción maquiavélica. Pero eso es harina de otro costal. Las personas somos seres poderosos. En cierta medida dependientes, pero en igual, medida no. ¿Cómo? Mi vida puede depender de ti, como la tuya de mí. Pero nuestra ética humana no nos permite acabar así por así con una vida. Los musulmanes lo hacen por Alá, los Kamikazes por su enemigo, los cristianos sólo observan, pero cuando alguien les estorba, no les cuesta nada apretar el gatillo.
Yendo en el bus, miro el exterior y me doy cuenta que cada metro que ando lo estoy pagando. El petróleo, el peaje, el pasaje del bus, la mantención de los neumáticos y el motor. Miro por la ventana y veo a gente que tiene mi mismo destino. Que no saben, como yo, si llegaremos al punto de partida. La vida depende de quien tiene el volante, y el del lado.
Hallamos del concepto de vida algo frágil. Y a eso viene quizás ese sentimiento de miserabilidad que acostumbro a percibir de otras personas. ¿Y quienes son ellas? Personas que han perdido su poder, su energía de activación. La persona no debe ningunearse.
Salvador Allende dijo algo bien sabio “El pueblo no debe dejarse avasallar ni acribillar”. Si bien el contexto era distinto, en el concepto de ente personal, tampoco debemos pasarnos a llevar.
Estamos vivos. Somos. Respiramos y pensamos. Tenemos una inteligencia natural. La ciencia nos apoya y la filosofía nos orienta. Unos, más buenos que otros. Siempre hay un mejor y un peor. Siempre habrá un superior y un inferior. La igualdad en el mundo jamás existirá bajo ninguna circunstancia.
Caín fue superior a Abel si lo llevamos esto a una escritura literaria. Despreciando el costo moral, Caín consiguió lo que quiso porque persiguió su objetivo. En ese contexto, no había ni ley, ni cárcel ni pena de muerte, ni fiscales ni audiencias ni control de detención. Ni tampoco prensa cizañera ni cámaras faranduleras. Caín fue un triunfador, sin embargo, la fe lo dejo como perdedor. Pero sacando la cita del texto Demian, hecho por una lacra existencialista, tiene algo de razón. Somos los “hijos de Caín”.
El mundo no está hecho para basuras humanas. El que se queda atrás, mejor que de el paso para ser absorbido por el agujero negro, y que no siga ocupando más oxígeno de este mundo. Esas basuras existencialistas si fuesen pagadas por preguntar “¿Por qué vivo para morir?” serían millonarias y nos arrebatarían la riqueza. Lamentablemente estas basuras hacen mayoría, pues ignoran su poder. Sólo se hacen valer de la verborrea temporal, especialmente en situaciones puntuales donde la dignidad y la honra del que estoy emplazando se ve amenazada por un ente superior. Quien se ve amenazado, es inmediatamente inferior. Pero ese estado temporal, que vulgarmente le llaman “choreza”, es un invento de la escoria para ocultar su no-valencia. Ejemplo claro lo tenemos en los delincuentes que se reproducen como amebas en el conosur.
Es decir. El “choro”, es inferior.
La persona poderosa es aquella que llega a la gloria sin necesidad de eliminar al inferior.
¿Por qué? En la vida nada se regala. Y no estamos hablando de un costo monetario, o algo ligado a la caótica economía. La vida en general, es un conjunto de pruebas. Como si fueses avanzando en cada suceso importante. Eso te ayuda a madurar. A acumular PODER. A ser inteligente. Esas pruebas, son los problemas… y también la relación con personas que son fastidios para el objetivo final. Los enemigos. La lista negra personal. Esos que harán todo lo posible por enmascararte en algo inferior. Suelen ser personas en su mayoría de los estratos más bajos del poder, los cuales, para fingir ese poder recurren a la ofensa, y hasta a la violencia para convencerte.
La dignidad se debe mantener en todo acto, y si al vencer a esas basuras os sientes más victorioso, el método es el castigo moral a sus malogradas personas. Eso les hará entrar en conciencia de su calidad nefasta de humano, y optarán por dejarse absorber por el agujero negro, o demostrar poder. Así es la instancia para hacerse un hombre del bien o el mal.
El hombre que llega a la gloria por el bien, es el de la élite humana. Así hubo pocos, que se apoyaron en la ciencia y en la inteligencia.
La etapa final, es reñirte con esta elite. Salir vencedor sobre todas las cosas. Reírte del que se ningunea, pues al no querer recapacitar no merece otra cosa más que la sátira en su contra.
Es tan simple asimilar el real costo de la gloria, que estas personas mediocres que nos rodean lo entienden, y por eso se sumen en la inferioridad, acompañada de la modorra y el ser holgazán. Sus cabezas limitadas optan por lo más fácil: Dejarse maquinar.
Y en mis pares, puedo ver ese miedo, el mismo miedo que el mar me decía que no podía tener. Sí claro, se pueden dar muchas oportunidades para recomenzar el camino. No tenemos la vía recta por ningún motivo, pues elecciones hacemos todos los días. Pero lo importante, es sabernos poderosos y nunca bajar la guardia ante el adversario. Ganar experiencia y aumentar el nivel de lucha para llegar a lo que queremos, sin mediar influencias determinantes.
Luego de la seguidilla de conclusiones, charlando con el majestuoso océano, no podía irme con las manos vacías. De esta reunión debe quedar registrada un acta. Debía prometer que enfrentaría todo lo que viniese con coraje. Como hombre. Que el miedo del cual me avergoncé al mirar la azulada masa se escurra tal como la arena que tenía entre los dedos. Que precipite. ¿Me ayudarás cierto?
–No seas imbécil Chiko. ¿Te hablé de poder y tú me hablas de ayuda? No olvides mirarte a ti mismo carajo, mírate! ¿Cómo llegaste aquí? Recuerda que nadie te envió. Yo no estaré todo el tiempo al lado tuyo para decirte lo que debes hacer. Usa tu experiencia. Usa eso que has aprendido con el tiempo. Eso que te provocó dolor. Eso que te hizo levantarte. Yo no puedo recordártelo con palabras a cada momento. Es cierto que se las lleva el viento. Como veo a la arena recorrer toda la bahía de norte a sur. ¡Tu viviste! No se compara con lo que tengo yo, pero tú igual has vivido. 6 mil millones de años después de mí. No esperes Chiko, a que todo te lo soplen. Llegará un momento en el cual nadie estará a tu lado. La muerte y la traición están al acecho y tú debes permanecer alerta. La distancia también puede parecerte una traba parcial, pero no se acaba el contacto. Pero ¿qué harás el día en que te encuentres solo en el mundo, cuando los que quieres estén metros bajo tierra y sus espíritus te vigilen silenciosamente? Si te arrojas al agujero negro, eres un miserable.
No me puedo permitir ser un miserable, bajo ninguna circunstancia, aunque se que aquello que menciona el Mar está muy distante de ocurrir, si la voluntad del destino lo estima, aunque esas personas son un pilar fundamental para poder ejecutar mi motivación vital, es decir, la razón de ser extrapersonal. Vale decir que la gloria debe ser reconocida. No hay gloria anónima, pues lo anónimo es equivalente a cero. La opinión u acción de un anónimo no tiene validez. Es un múltiplo aberrante, que hace que lo que ejecute pierda la validez por ser algo que se lo lleva el tiempo.
-Debes aprender a llevar eso que se llama autonomía. Ya estás asomando la cabeza fuera del nido, y pronto comenzarás a volar para seguir recorriendo el mundo. Debes aprender de una vez a vivir. Nadie nace sabiendo, ni la sapiencia no se compra como una revista pornográfica o una caja de profilácticos. Menos la encontrarás en internet, ni en la Google ni en Yahoo!. Tampoco te llegará a la casa por encomienda de un Sensei de una alta montaña de algún lugar muy remoto, y mucho menos, acercarte a la luz ni dar un mordisco al fruto prohibido del árbol del conocimiento. A estas alturas no es hora de seguir con patrañas y cuentos de hadas. Abre los ojos, mira en donde estás.
La primera impresión que tuve, es que cada 5 metros cúbicos de estiércol, hay un centímetro cúbico de limpieza relativa.
¿Ves jovencito? De allá vienes, quieras o no. No pediste nacer. No pediste crecer. Sin embargo tu estadía aquí tampoco puede ser vana. Anda, decidido, con seguridad. Las cosas las aprenderás así. Viviendo y no leyendo testamentos. Quiero decir expresamente, que ni el conocimiento académico se aprende con la simple lectura. Todo debe ser empírico. Por ejemplo toda esa materia que escribes en tu cuaderno en el colegio o en la universidad, la ocuparás para una prueba en función a tu memoria. Y luego la desecharemos. O este mismo texto, que quizás te interesó y lo atendiste, lo asimilarás parcialmente, y al cabo de un mes te olvidarás de que está en este Fotolog. Con los procesos vitales hacer lo mismo es el gran error que muchos cometen. Es lo que nos lleva a tener los crasos errores de la vida. Esos mismos que te mandan al dolor. Esos mismos que te llevan a cuestionarte. Esos mismos por los cuales serás castigado moralmente, pues olvidaste todo lo que te enseñaron de ética humana. Dime que no es cierto que esto se evidencia, cuando caminas por una calle cualquiera, y se te acerca un vago a hablarte sobre vivencias urbanas de la intemperie. Y tú lo miras con cara de asco, y no te dignas a darle una moneda. Él para llegar a eso, se supo inferior y abandonó toda su motivación, y se dejo llevar por el ocio. Pero en una condición de vida extrema, lo que sin duda le ha hecho vivir sucesos con los cuales él ha adquirido experiencia. Entonces ¿por qué los vagos suelen ser tan sabios con respecto a la vida misma? ¡Ahá! Dices tú. No era tan ignorante como lo pensaba, ¿Pero qué haces ahí tirado en una banca con esa ropa sucia, con esa barba larga y tu piel escamada? Fue relegado a la inferioridad por lo tanto le cerraron las puertas. Si jovencito… el que pestañea, pierde. Para la “sociedad” es un indigente. Para ti y para mí, es un superior de la vida.
Alerta. Debes estar alerta. Ante cada movimiento del que te rodea. Con la gente que quieres debes tener una actitud contractualista. Ya no sirve dar todo por dar. Quizás hace veinte siglos sí.
Pero hoy en día, como te lo reitero, con lo competitivo que está el mundo, debes celebrar contratos de cooperación mutua. ¡Saca provecho de aquellos! ¡No que de ti saquen provecho los demás! Piensa que a ellos los puedes manejar en cierto modo como monitos de un juego de video. Pero ellos también pueden hacerlo contigo. Así que ojo. Ten cuidado con quien haces los contratos. Conóceles bien. Adivina sus actitudes. Averigua sus relaciones. No vaya a ser que salga más inteligente y te joda antes de lo que puedas decir raja! Estos tipos acostumbrarán a ser “diablos” de tu vida. Potenciales competidores que en cierto momento te ayudarán, pero cuando la ocasión lo amerite, deberán sobreponerse a ti. No olvides tener que ser el mejor. Y tu experiencia te da el respaldo. El viejo sabe más por viejo que por diablo, pero… y esto quiero que lo tengas claro. Los diablos no siempre tendrán el mismo conocimiento que el viejo, pero pueden usar una estrategia para liquidarte. Para esas estrategias, no debes tener tanto conocimiento sino que capacidad para calcular y tener un poco de mente fría.
Ya sabes, Chiko. Regresa a tu capital. Sin miedo. Utiliza estrategias y destrezas para poder manejarte en la etapa que hoy iniciaste, pero antes, hagamos un contrato ambos.
¿Es necesario? Absolutamente. Estás poniendo en juego tu honor. Jaja, sí, qué me estaba pasando jaja…. no se.
No quiero volver a perderme de esta forma, así que pondré todo mi empeño. Pero me empeñaré con alcanzar mi gloria. Me verás nuevamente cuando esté todo en regla, y te pueda decir que la mayoría de mis misiones están cumplidas.
Muy bien muchacho, que bueno que recurras a esto. ¿Sabes como se llama este escalar que ocuparás?
No.
Optimismo.
Jamás lo pierdas. En el momento que te vuelves pesimista, renuncias al contrato. Por lo tanto debes asumir las multas de las cuales esta acción implica. Pueden llegar a ser, hasta destructivas y acabar de un momento con tu honra.
El optimismo es un escalar, cuyo valor al verse incrementado cataliza el proceso de realización de un evento positivo en pro a la intención de la persona, disminuyendo la energía de activación para la concreción de este. La magnitud del optimismo siempre es un número natural, incluyéndose el valor cero. Ese valor cero, es llamado Pesimismo.
Tienes aquí, otra magnitud más para apoyarte chiquillo. Ahora, ya no pierdas tiempo frente a mi, el tiempo es oro. No pierdas el tiempo pensando en cosas negativas, pues en este universo no hay tiempo ni espacio para el dolor, ni para los rencores.
Tienes razón, gracias. Mi contrato está firmado. Ahora sólo depende de mí.
Tomé fotos, anduve en el Metro de Valparaíso, una nostálgica vuelta en Trolley y regresé a la capital. Después de adquirir una nueva armadura de batalla, la acción recién va a comenzar.
Y fueron pasando días, y el otoño se hacía sentir en la ciudad. Los rayos de sol radiantes que reinaban y hacían del valle de Santiago literalmente un horno; comenzaban a ausentarse debido a las amables nubes que empezaban a adornar cada vez más, el grisáceo cielo de la capital. Debía retomar el rumbo, y seguir con mi tarea.
Había que purgar todo impedimento para recomenzar la obra, y de repente las cosas cuestan cancelarlas por unos vectores que se llaman sentimientos. Vectores pues cada sentimiento tiene una dirección, pues, valga la redundancia, va dirigido a un algo o alguien.
Hay que tener claro que muchas veces para poder reiniciar la tarea de tu trabajo vital, es necesario ceder. Y como ya había dicho, yo estaba dispuesto a renunciar a muchas cosas.
Costó, pero lo hice. Las personas somos capaces de comprender, y eso me quedó claro. Cuando alguien quiere surgir prescindiendo de nosotros, hay que dejarlo. Si nos dicen que hay que disolver la sociedad, no debe haber cabida a demasiada evaluación. ¿A qué se debe esto? Siendo justos, se le cumple el último servicio a tu socio. Darle la libertad y cederle el derecho a surgir por sí solo. La idea es que cada persona sea poderosa por sí solo, por los motivos que declaré anteriormente. La autovalencia. Nuestro funcionamiento NO PUEDE depender de otro ente. Está claro. A lo más, alguna ayuda en un muy justificado momento, y siempre de manera consultiva. No permitas que otro haga el trabajo por ti, jamás quedará como tú lo planees.
Pero sucede que esta autovalencia puede ser afectada por un factor que en muchas veces puede ser determinante. Los sentimientos.
Defino sentimiento, a aquella cosa interna que te obliga a tomar un cierto pensamiento y te dan determinados impulsos ante un estímulo, ya sea, acciones, cosas u personas. La evidencia de esos impulsos desencadenan las emociones. El sentimiento aparece, cuando es inevitable tomar una posición ante el estímulo.
¿En qué influyen los sentimientos?
En el uso del criterio para la realización de acciones cualesquiera, los sentimientos realizan una gran influencia. Como por ejemplo, no le quitarías un balón a un niño que es tu amigo, pero sí a uno que no lo es. Por el hecho que a ese amigo existe una estima y el otro te es indiferente.
Los sentimientos te hacen pensar las cosas hasta darte vueltas peligrosamente, y hasta incurrir en círculos viciosos que pueden, como consecuencia, llevarte a una zona de riesgo, que se llama INSEGURIDAD.
Los sentimientos no son cosas vitales. El mundo no se mueve en función de los sentimientos. Es más, los sentimientos en sí, revisten para el humano un RIESGO inevitable a la aceptación de estos mismos. Los sentimientos generan de cierto modo una dependencia del otro, y vale decir que son cosas que más bien “adornan” la vida del humano y que lo hace distinto de los demás animales, pero no por aquellos son estrictamente necesarios. Y lo más riesgoso, es tomar los sentimientos básicos, de los cuales podemos destacar los positivos (amor, amistad) y los negativos (odio, angustia).
El amor en si, como definición es el sentimiento positivo de aceptación a un ente de manera íntegra, sin apelar al cambio de sus valores y/o configuración; cuyo objetivo incurre en construir una sociedad de cooperación mutua independiente en objetivos comunes, y la búsqueda de satisfacción y placer en ambos entes. Con esto último, no me estoy refiriendo a algo que se remita a lo absolutamente carnal, se busca la satisfacción mediante distintas variables, como la entretención, el juego, las muestras de cariño, etcétera. La idea adornar la vida del socio con cosas que ayuden a armonizar la realización de su tarea vital personal.
Cuando existe una sociedad amorosa (llámese desde el “andar”, el pololeo, el noviazgo, o la mismísima sociedad conyugal), se realiza un contrato con el o la socia, en el cual ambos son garantes de las cosas que se prometen, y si uno de ellos rompe el contrato, la sociedad se declarará inmediatamente disuelta. Por qué. El hecho de que se incurra a una falta del contrato, hace disminuir el valor del escalar llamado CONFIANZA. Es imprescindible que el valor de ese escalar se mantenga en unos índices elevados, pues a poca confianza, en el fondo hace que el contrato se invalide, y no hagas más que perder el tiempo haciendo sociedad con esa persona. En esos casos es más sano, invalidar el contrato. Además, el valor de la CONFIANZA (C) es directamente proporcional al PERÍODO (t) que llevas de conocimiento (K) de la persona. Es probable que se den casos que en muy poco tiempo ya exista mucha confianza, y con eso se pueda elevar el valor del conocimiento entre sí. Pero esto, todo hay que llevarlo a cabo teniendo presente que con el miedo o la vergüenza también se crean barreras para lograr este Amor. Una persona siempre andará con un medio o un temor (m). El valor del miedo JAMÁS será cero.
¿Por qué? En cualquier momento, y tú no sabrás cuando ni cómo, la persona que esté acompañándote te hará sentir temporalmente inseguro. Y eso está comprobado que ocurre. Por eso, el valor del miedo es siempre un natural mayor a 1.
Entonces, para poder sacar una ecuación parcial del amor, podemos llevarlo a la siguiente expresión:
A = (CT)k / m
“El valor del Amor es igual al producto de la Confianza con el Período, elevado al Conocimiento, todo esto partido al valor del miedo.”
Esto se justifica a su vez porque:
*Si la confianza (C) es nula, el numerador automáticamente dará cero, por lo tanto el valor de A = 0
*Si el período (T) es nulo, el numerador automáticamente dará cero, por lo tanto el valor de A=0. Obviamente si existe un nexo con alguien, debe haber un período de ejcución y si es cero, éste no existe.
*Si el valor del conocimiento (k) es nulo, el numerador quedará automáticamente en 1, si el valor de (CT) es mayor a cero, lo que daría lugar a un índice de amor bajísimo, y casi despreciable para esos efectos.
*Si el valor del conocimiento (k) es nulo, y el valor del producto (CT) también, la operación estaría siendo inevitablemente un error. Lo que hace de este un proceso INVIABLE.
¿Quién había dicho que era imposible cuantificar el amor?
Oh si… amor… suena bonito, armoniza cosas. Pero no olvides que como todo sentimiento, ES UNA OPERCIÓN DE RIESGO.
¿Por qué soy tan majadero con esto del riesgo?
Resulta que los sentimientos pueden llegar a valores tan potentes, que hacen que la persona pierda la razón y el criterio. Los sentimientos se imponen y ocasionalmente el individuo pierde control de sus actos y los vuelve irracionales. Es por ello como por ejemplo, Personas mueren por amor, o por pena. O acaban sus vidas sumidas en depresiones sin vuelta y se catapultan a la perdición. O también los individuos que se dejan llevar por estos sentimientos y son capaces de eliminar a otros por hacerlos valer (recuerden que el eliminar al otro individuo para lograr un objetivo cualquiera te vuelve inmediatamente un ser inferior del lumpen).
Es importante dejar claro una ley inmediatamente, que permitirá al ser humano surgir, y hacerlo poderoso ante el mundo: AMATE A TI MISMO POR SOBRE TODAS LAS COSAS TERRENALES. Incluyo “terrenales” para no herir sentimientos divinos, ya que luego daré mi opinión sobre aquellos.
El amarse a si mismo es un plus magnífico, que te asegura tener la cooperación de un socio que eres tu mismo, en el cual si lo deseas, puedes elevar el valor de la confianza a niveles ínfimos, y es además, el ser que mas te conoce. Nadie se conoce más como uno mismo. Y eso lo puedo comprobar que para el amor propio, sólo es necesario la AUTOCONFIANZA, lo cual es una de la primera de las tres leyes de la vida que publiqué hace ya más de un año.
Yéndonos a la ecuación antes citada, tú tienes un valor de conocimiento único de ti mismo (Kn), y además de un período que para tu vida es absoluto (Tn). Ya ves, lo único que puede mermar ese auto-amor es la desconfianza (Que baja el valor de C) y el miedo a ti mismo (Eleva el valor de m). ¡Aaaah! Estoy entendiendo, por qué el océano me decía que tuviera valor y no temiera. Es quererme más y nada más. Y así, dimos un paso mas para poder seguir adelante con la misión.
Tenemos también lo otro que es la amistad. Tema que abordaré en la próxima parte.
Seis y cuarto de la mañana, la tele se enciende con el cotidiano señor de Chilevisión dando los titulares noticiosos de la Primera Página. Una ducha prolongada para despertar, vestirme y arreglar mis cosas. Me despido de Macarena Pizarro, y me entrego al transporte urbano en bichos aumentados en tamaño, para llegar a mi lugar de estudios. El Colegio. Deambulo por los pasillos mirando a los estudiantes pulular por los rincones del local, y arribo a mi sala, celebrando no tener un nuevo atraso, y directo a mi puesto a dejar las cosas, sacar la Loncoleche de chocolate y la barra de cereal, y sentarme en la tradicional Banquita del Saber y del Conocimiento (La que está a la salida de la sala).
Faltan pocos minutos para las ocho de la mañana, y veo a la masa de grisazulados individuos arribando con sus mochilas, en una marcha mecánica para formar parte de la maquinita e instruirte a ser parte de la Máquina Magna. ¡Con cuántos de todos estos sujetos me habré hablado alguna vez!
¿¡Cuantos de ellos compartieron momentos conmigo!?
¿¡Cuantos de ellos ahora siguen compartiendo conmigo!?
Ajáaaaaaaaaaaa…..
Interesante pregunta
Y uno que en algún momento se pensó rodeado de amigos por todos lados. Nooo jojojo… abre los ojos niñito, esto es la realidad.
Amistad se define como un Amor bajo en intensidad pero es mucho más estable que el Amor mismo. Es un contrato igualmente, pero que es indefinido. A diferencia que los contratos de amores, que esos requieren ser renovados constantemente (de ahí deriva el necesario pensamiento del estar seguro en cada paso que se da en pareja). Esa amistad se puede pactar con cualquier persona, de cualquier sexo, y en cualquier circunstancia. Requiere de un alto grado de confianza para que se solidifique, cosa que también puede ayudar, aunque no necesariamente, el período.
Si una amistad se va solidificando en el tiempo, y el coeficiente de empeño amistoso se mantiene constante, podemos estar hablando de una amistad Plena.
¿Cuáles son los amigos plenos?
Son aquellos que están con uno en todas y para siempre (o mejor decir, por el mayor tiempo posible). Los que aperran, los que apañan, los que se preocupan de uno, los que no te olvidan y te saludan siempre (no lo tomen tan literal esto último). Esos que de verdad se siente que cumplen el contrato amistoso. Estos suelen ser muy pocos a lo largo de la vida, si no una cifra mayor a los 5, obviando los familiares de los cuales uno tiene la opción de hacerlos amigos o no de uno, aunque siempre sabrás que estarán ahí por un nexo meramente familiar.
A estas personas las puedes integrar incluso a tu proyecto de objetivo de vida.
Para que esto se conserve, ambos lados deben mantener constante el contacto y la preocupación del uno del otro. Sin mezclar esto con la dependencia. Ambos deben surgir y desarrollarse de manera independiente, pero atento a la evolución del otro, para poder sugerir herramientas en caso de alguna falla en las faenas.
A la hora que el coeficiente de empeño amistoso va descendiendo, estaremos en presencia un amigo temporal.
Estos tipos, abundan en la tierra, y te lo doy por firmado, porque lo compruebo ahora en mi éxodo.
Los amigos temporales son aquellos que comparten momentos contigo, disfrutan, se cuentan cosas del momento, por un instante se confían su vida, y se suele firmar contratos de palabra que al correr del tiempo se van olvidando hasta quedar en una singularidad. El temporal, suele verte tiempo después y saludarte si anda de ánimos. Curiosamente se da el fenómeno de al momento de solicitar el beneficio del antiguo socio, se dan el trabajo de buscarlo con el fin de buscar el objetivo. Ahí es cuando se debe aplicar la estrategia para sacarle el provecho al que alguna vez conociste. En el fondo, y al final de cuentas, es la única utilidad que tienen estos sujetos. Y si tienen buena voluntad, más útil llegan a ser. Los contratos entonces aquí se tienden a cancelar unilateralmente, y cuando el otro ente se da cuenta de aquello, debe de hacerlo también. De nada sirve intentar vagamente reiniciar algo ya decadente. No hay que perder el tiempo y hay que seguir adelante buscando nuevos temporales. El hecho de conocer más gente te hace avanzar hacia una sociabilización más amena, y más experimental. A qué voy con esto. Que es contraproducente redundar en el sentido de tratar y volver a tratar con los mismos sujetos temporales, pues las experiencias no serán muy diferentes a las ya vividas, y no representan una evolución significativa al crecimiento como ente que logramos buscar para la vida.
Pero ojo. No confundir a los amigos temporales con los Conocidos. Ellos son otro tipo de gente que no incide directamente en nuestros procedimientos y si lo hacen indirectamente, el impacto es mínimo.
Como la amistad es un derivado del amor, podemos también llevar a esta, a una cuantificación.
Una amistad B, corresponde a:
B = e(Ctk/m+d)
Aquí el factor es conocimiento se vuelve mucho más determinante que en el amor. Pues, al estar dentro del producto del paréntesis, y tener un valor nulo, se anula toda la operación llevando a un índice nulo de amistad. Por lo tanto, es necesario tener la confianza [C], y el conocimiento [K] a favor (cosa que se da necesariamente en un período [t]), en un valor positivo para que haya amistad. El coeficiente de empeño de Amistad (e) es el valor más determinante, además actúa como indicador de Amistad. Este puede tomar valores desde el 0 al 2, siendo el rango del [>0 al ultimo valor antes de 1] como una amistad temporal y entre el [1 hasta el 2] como una amistad plena. Esto es un factor determinante, pues hace que todo el polinomio tenga un valor mayor o menor a 1 según sea el caso. De haber un resultado de B menor a uno, el cual sucede en la primera condición, estamos claros ante la presencia del temporal. Sin embargo, si el valor de B es mayor a 1, la Amistad puede tomar el valor de todos los Reales positivos mayores a uno, lo que te da la certeza de la existencia de una unidad en este valor, evidencia una amistad plena.
En el denominador del paréntesis nos encontramos de nuevo con el valor m del temor/miedo; y además se le suma d. Son los desaires sufridos en una amistad, que sin duda afectan el valor final. Si aumenta demasiado el denominador, a causa de esto, puede llevar a una división dentro del paréntesis que da un valor menor a uno, lo cual daría como resultado un valor B menor a 1 y caería inapelablemente en la categoría temporal. En estos casos excepcionales, se aplica lo que le llamo, finiquito amistoso. Es en teoría, cuando un amigo te hace una cagá tan grande que la ponderación del desaire es tal que “se prescinde de los servicios del socio como amistad”. En otras palabras, cuando se muere la amistad. Para revertir esto, se debe aumentar increíblemente el valor del escalar confianza. Cosa que después de estos actos cuesta mucho trabajo, y volver a tener un valor significativo que haga que B sea mayor a 1. Pero ojo, los méritos que haces como amigo pueden anular los coeficientes d y volverlos a cero. Para eso es necesario el esfuerzo y la dedicación. Por todo esto, pues, es importante elegir quienes serán tus aliados en tus proyectos, pues no puedes confiar a cualquiera las cosas valiosas que tienes en tu vida. Tus aspiraciones, anhelos y demases. Mientras los amigos plenos se preocupen de ti, tú haz lo mismo con ellos. Y así tendrás con quien ejercer tus talentos y bondades.
Fijarse que no es lo mismo decir que dependes de ellos, a que te ejerzas con ellos. Es distinto. Y con eso me quedo conforme al menos de lo que amistad se refiere. En Alicante conocí a mucha gente, pero sólo yo se quienes son mis Plenos, y quienes son mis Temporales. No hay que andar mendigando cariño, nada de eso. Siempre habrá alguien, con el cual podrás ejercer tu objetivo.