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Tenemos que hablar
Voy a decir algo súper impopular: No logro comprarle por completo al activismo de redes sociales. Siento que hay mucha palabrería, moralismo y adoctrinamiento en muchos ámbitos que sencillamente no se reflejan en la praxis. Incluso, en nombre de movimientos nobles y justos, veo una serie de ajusticiamientos que de pronto rayan en el fascismo; como si simpatizar con una idea te brindara el derecho de etiquetar, denostar e incluso tener la manía de funar, sin que haya de por medio una concientización. Convengamos que al compartir puras publicaciones de RRSS lo único que estás haciendo es levantar un discurso, y éste puede ser real o ficticio. Pero es un discurso, al fin…