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Corrientes al 3800
Palpaba entre mis dedos y mis talones ese quéseshó de las cashecitas de Buenos Aires. Era un viento extraño el que de un momento para otro, en vez de estar planeando un fin de semana largo en mis tierras, me tenía mirando un cielo que amenazaba con regar la urbe con las gotas ácidas que desafían la polución allende Los Andes. Avenida Corrientes, una vez más estamos frente a frente. O yo sobre ti, y otro quéseshó más. La mirada se desviaba en medio de los borriscos que pasaban acelerados por la avenida. Decía en algún minuto que no necesariamente las almas buscan la salida a sus peripecias. Hoy tampoco era el caso.…
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El puñal
Cómo todo va calzando…cómo las señales se volvieron tan realesal cabo del tiempolejanos aquellos momentos allende Los Andessorbiendo la guaraná antárctica Corrientes, te recuerdocon el mismo frío que me asolódesde cuando de Ñuble volvíde pelear con los fantasmasque insistentemente me apuñalaronpocos días atrás. El puñal. Lo tuve en mi mano.Lo aprecié tímidamente en su momentocuando la gloria se acercó y me cerró los ojosY la vida se fue rápido, muy rápidoQue no podía ver esa portadalos lentes y los labios rojosel cigarro«Dura, negra, violenta, desencantada»Porque de pronto confundíla fantasía y lo real. Todo era tan rápido.El espiral me arrojó contra la pared.Y padecí.Moribundo. El puñal.Siempre esperando su momento.Y tal parece que hoycierro el…