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Cambios extraños
El Siemens C66 era un teléfono muy popular. Tenía teclas azules y grises, era con pantalla a color y podía emitir ringtones polifónicos. Además, contaba con cámara, que hacía unas fotos muy pixeladas. Pese a eso, era muy revolucionario para la época. Al menos, así lo entendía, ese día de fines de junio de 2005, cuando salí del Plaza Oeste con dirección a mi casa nueva. Había que acostumbrarse al nuevo celular, como también lo estaba comenzando a hacer en numerosos ámbitos de mi existencia.